Ready Player One: De los frikis para los frikis

Después de ver la película de Spielberg y quedar gratamente sorprendida (no deja de ser un blockbuster palomitero lleno de referencias que todo friki conoce y ama, y además comienza con Jump), me entraron muchas ganas de leerme la novela. Dicho y hecho.

Estamos ante una novela ligera, de ritmo vertiginoso y muy agradable de leer. El protagonista vive en un mundo sobrepoblado en una era de agotamiento energético, no tiene familia y su única distracción es OASIS, un mundo virtual gigantesco en el que se puede hacer cualquier cosa, especialmente, cosas frikis. Además, el creador inauguró una búsqueda del tesoro (de Pascua) antes de morir para que el ganador heredara los derechos del mundo virtual y la empresa que lo dirige. En un mundo donde no se tiene nada, hasta los que tienen algo (véase los villanos del libro, IOI, la empresa  que provee casi todos los servicios tecnológicos del país y que solo le falta controlar OASIS), es la mayor meta.

Pero es excesivo. Sí, lo dice la Señora Friki. Quizá es que estoy mayor, pero el nivel de frikismo me llegó a poner nerviosa. La novela difiere bastante de la película en general, aquí las referencias son puramente ochenteras y si yo participara en el concurso, tiraría la toalla a la primera y me iría al primer bar virtual a tomarme algo.

Porque sin querer spoilear mucho, las pruebas cambian completamente: pasarse videojuegos ochenteros PERFECTOS o recrear las películas favoritas del creador de OASIS diálogo a diálogo. Crecí con los Lemmings pero no me atraen especialmente los videojuegos antiguos (yo no sirvo para el Pac-Man ni similares, aunque sí he jugado a algunas partidas de juegos de rol de lápiz y papel), ni memorizo mis películas favoritas. Me da dolor de cabeza solo pensarlo. Creo que encajaría mucho mejor como malvada sixer del departamento de Ovología. Estudio, no ejecuto.

Con la portada de la peli. Ya que vamos a vender, hagámoslo bien. Conmigo funcionó.

Ernest Cline, al menos de momento, no es el próximo Frank Herbert ni Phillip K. Dick. Eso sí, es un friki como nosotros que ha escrito la novela que a muchos nos hubiera gustado escribir. Yo incluida.

Y es que el libro mencionan muchísimas ideas interesantes, pero que se quedan en el tintero para no tener que sacar un libro de 2.000 páginas. El vivir en una era de agotamiento energético en la que todo dios tiene conexión a internet y equipos de realidad virtual aun viviendo en chabolas, la enseñanza pública y reglada de OASIS, el acceso universal y gratuito a la cultura, el anonimato, la discriminación o cómo una multinacional puede hacer lo que le dé la gana sin que nadie las fuerzas de la ley los detengan. Ni en la vida real ni en la virtual.

Por eso nos centramos en las cosas frikis. Los combates, las mazmorras, el equipamiento y los artefactos, o el hecho que hasta puedes ganarte la vida de forma virtual con la publicidad o vendiendo objetos. Los personajes son muy adolescentes, y más por sus comportamientos que por su edad. Gente que ha nacido con OASIS y es lo único que es importa: que no les quiten el acceso gratuito a una vida que es mejor que la real. Total, en la vida real solo necesitas comer y dormir. Hasta que las cosas se van complicando y tu vida corre peligro. La real y la virtual.

Y después de Ready Player One he comenzado con WarCross, también sobre la realidad virtual. Veremos cómo continua la cosa.

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