Soy la señora friki.
Señora, porque estoy en esa edad en la que la gente se casa, tiene hijos, se compra una casa y un coche, y se van de vacaciones a las Bahamas.
Friki, porque no hago nada de eso.
Soy una persona muy normal con gustos peculiares (o no). Empecé a jugar a los videojuegos en 1995, en un Pentium I, a los Lemmings, Fury of Furries y el Prince of Persia. Luego pasé a las aventuras de Lucas Arts y los juegos de gestión de Sierra, para finalmente descubrir Steam y los Bundles. Juego principalmente en PC y en 3DS, aunque a veces me voy a la PS (2-3-4) a hacer el indio.
Comencé en esto de las películas más o menos alrededor del cambio de siglo. Empecé viendo cine clásico con mi familia, para luego sumergirme en el cine más intelectual con amigos cinéfilos conocidos por internet y disfrutar de las películas más cutres con los amigos de toda la vida. Adoro a Bela Tarr, William A. Wellman y cualquier película de Asylum.
Antes leía más que ahora, pero es cuestión de retomarlo. Tengo una amplia colección de literatura zombie («Zombie. Guía de supervivencia» es mi favorito), y también grandes obras maestras de la literatura mundial como Matar un ruiseñor o Lolita. Cómics apenas leo, pero me encanta Fables.
Me gustan los juegos de mesa, y hace unos años frecuentaba todos los fines de semana un bar repleto de frikis y juegos de mesa (lástima que tuvo que cerrar). Empiezas por el Lince y acabas con Catán. Todavía no me he atrevido con algo más complejo como Magic, pero tiempo al tiempo.
Mi último vicio: ¡los funkos! Figuritas cabezonas y adorables. Mi colección es pequeña pero cuento con 4 Baby Groot distintos.
Y luego tengo ciertos hobbies extraños, como recopilar datos y hacer bases con ellos. O la geografía política. No preguntes por qué.
He creado esta página porque me apetece hablar de mis cosas, sin ataduras ni presiones. Ya era hora después de haber llevado un blog de cine allá por 2007 y haber colaborado en unos cuantos por las mismas fechas. Espero que lo disfrutéis.